David y Seni son un ejemplo para todos nosotros, pero además es un orgullo tenerlos en nuestro club. Cada vez que los vemos entrenar cada día, juntos, unidos, mano con mano, pero sobre todo corazón con corazón, nos hacen al resto mucho más pequeños, imposible poner una justificación para no entrenar, para no atarte unas zapatillas y salir a correr con cualquier excusa cuando los ves a ello superar todos los obstáculos. David es una persona ciega y Seni (también Juan, cuando Seni está lesionado), su guía.
Su historia es digna de contar, y de alabar. Se conocieron a finales de 2019. Ambos entrenaban con el preparador José Luis Moreno. Seni recuperaba con electroestimulación sus carreras y David buscaba realizar alguna actividad porque no hacía deporte desde que una retinosis pigmentaria a los catorce años le dejó completamente ciego. Pero sobre todo necesita una estimularse, necesitaba tener una ilusión personal. Porque no se trata de correr, se trata de vivir, se trata de sentirse uno más, de compartir experiencia con todos nosotros, de superar retos, de ponerse hasta metas para ir bajando su mejor marca personal. Como cualquier, como todos, aunque su esfuerzo, el esfuerzo de los dos, no se pueda comparar con nada. Tropezar y arrancar; caerse y levantarse… como la vida misma. Son dos pero parecen uno. Zancada a zancada. Un movimiento al unísono. Luz y guía. Sombras y sol. Noches y amanecer. En definitiva, compañerismo, una palabra preciosa.
A David, además, se le ha ido su padre muy rápido, casi en un abrir y cerrar de ojos, que lo acompañaba a todas las carreras, junto con su madre, y disfrutaban cuando pisaba, junto a Seni, de la mano, la línea de meta. Así qué también por él, y por otras muchas sensaciones imposibles de describir si no los conoces o los ves rodar, tenemos el honor de presentar este hermoso cartel, un homenaje a un modelo de vida que tiene en el atletismo y en nuestro club un ejemplo de superación. Va por vosotros, compañeros.